El desaduanamiento es fundamental para asegurar que todas las mercancías que ingresan o salen de un país cumplan con las leyes y regulaciones locales, previniendo así el contrabando, el fraude y otras actividades ilegales. Además, los aranceles y otros impuestos recaudados durante este proceso son una fuente importante de ingresos para los gobiernos, los cuales se utilizan para financiar servicios públicos y proyectos de infraestructura.

Este proceso también incluye controles para garantizar que las mercancías no representen una amenaza para la seguridad o la salud pública, siendo especialmente importante para productos alimenticios, químicos y farmacéuticos. Un proceso eficiente de desaduanamiento reduce los tiempos de espera y los costos asociados con la importación y exportación de mercancías, facilitando el comercio internacional y promoviendo el crecimiento económico. Finalmente, al asegurar que solo las mercancías que cumplen con las normativas entren en el mercado, el desaduanamiento ayuda a proteger las industrias locales de la competencia desleal y de productos de baja calidad.